miércoles, 13 de marzo de 2013

Comentario de "Los amantes pasajeros"



Es muy difícil ir a ver una película de Pedro Almodóvar sin una idea preconcebida, ya sea por tratarse de una de las personas más influyentes de este famélico país o por las críticas “profesionales” (en alguna llegué a leer que hacían una orgía dentro del avión y no es así). Afortunadamente todo se olvida cuando empiezan los primeros acordes de su siempre acertada música - una versión cumbia de Para Elisa en este caso- junto con los coloridos títulos.

Nada más empezar vemos una cómica situación entre Penélope Cruz y el gato con botas Antonio Banderas acompañados de un tuitero para desencadenar el primer momento cómico. En la película se lanzan varias puyas y la primera va dirigida a quienes tuitean hasta cuando van a mear. Por culpa de – o gracias a – estos personajes cambiará la vida de la tripulación y viajeros del Chavela Blanca.



Una de las primeras imágenes que vemos en el interior del avión es la ya de por sí cómica explicación sobre cómo actuar en caso de emergencia con los chalecos salvavidas, si quienes hacen la demostración son Carlos Areces y Raúl Arévalo el resultado es tronchante.  Un genial Javier Cámara incapaz de mentir cierra el mítico trío de azafatos -o azafatas, según bromean en algún momento- que lleva las riendas de la comedia mientras siguen las órdenes  del maestro Antonio de la Torre y Hugo Silva, quienes mantienen uno de los diálogos más almodovarianos de la cinta. Los fallidos turistas de primera son Cecilia Roth como una mujer con mucho poder en apariencia, José María Yazpik un sicario, Lola Dueñas da lugar a momentos muy divertidos con su papel de vidente virgen, Miguel Ángel Silvestre y Laya Martí son una pareja de recién casados, José Luis Torrijos es una de esas sanguijuelas de las que tanto se habla. Desde tierra Blanca Suárez y Paz Vega forman un triángulo amoroso con el pasajero Guillermo Toledo. Además hay personajes telefónicos que conectan a algunos pasajeros o nos permiten saber más de ellos.

La película puede definirse como una muestra de la actualidad filtrada en el caleidoscopio del cineasta manchego, donde a elementos comunes en su cine como las drogas, el sexo y la parodia a programas del corazón se unen alegorías a los reallities en un avión que sobrevuela Toledo - de Castilla la Mancha - mientras da vueltas sobre un cielo pop hasta que, con un lenguaje cinematográfico que roza lo poético, aterrizan para volver a la desolada realidad en Ciudad Real.

Por poco que te guste el cine de Almodóvar la cinta divierte. Los amantes pasajeros no es comparable a sus comedias anteriores porque nada es lo mismo. Sus primeras películas son de una época transgresora con ansias de libertad y ahora estamos en un momento muy diferente en el que se agradece esta evasión de 90 minutos con buenas interpretaciones, ricos planos y momentos surrealistas.